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ALAMO, KIKIS

Papel

Kikis Alamo investiga las posibilidades artísticas y expresivas del papel La autora mexicana expone su trabajo en el Koldo Mitxelena

YOLANDA MONTERO San Sebastián - 13 MAR 2002 - 00:00 CET

El papel es más que un mero soporte de la obra artística y puede convertirse en sí mismo en un objeto de arte. Y la luz es capaz de descubrir la mística interior de un papel lleno de vida. Bajo ambas premisas, la artista mexicana Kikis Alamo muestra desde hoy en el centro Koldo Mitxelena de San Sebastián una colección de esculturas, instalaciones y cuadros de papel. Un papel hecho con fibras de algodón, abacá y lino, que se convierten en medio de expresión a través de la transparencia, textura y volumen. Kikis Alamo ha titulado su exposición La mar de papel, una denominación con la que reivindica la capacidad del papel para erigirse como objeto de arte en sí mismo y, a la vez, rinde homenaje al mar, 'la fuente de vida' que más 'apasiona' a la autora mexicana, afincada en Guipúzcoa desde hace 19 años. Papel y 'fuente de vida' se funden en una de las instalaciones que pende del techo de la Ganbara del centro y que, gracias a la luz que se filtra a través de la fibra, emula a un mar azul intenso, en el que no faltan las olas. Esta obra 'se mueve' al paso de los visitantes y 'suena un poco a olita', explicó ayer Alamo durante la presentación de la muestra, que cerrará sus puertas el próximo 20 de abril. Y es que cada papel tiene un 'carteo', un sonido diferente, subrayó la autora en su afán de enumerar las posibilidades expresivas y artísticas que ofrece el papel. Creativas e, incluso, críticas. La muestra de la artista incluye una serie de libros-escultura y, entre ellos, destaca un enorme volumen con hojas de color blanco, grisáceo, rojo y oro que Alamo realizó para incluirlo en una exposición sobre la resurrección. 'Empecé por el blanco, seguí con el rojo que representa la sangre y la muerte y terminé con el oro, porque al final la resurrección es eso, el dólar', relató. Pero el papel, el color y la luz también han servido a la artista para construir una especie de vidrieras o plasmar el horizonte de cielo y montañas que vislumbra desde su taller de papel a mano Paperki, ubicado en Hondarribia. De allí sale parte del material utilizado por muchos artistas vascos para dar vida a sus obras sobre un papel cuyas características benefician la perdurabilidad de las mismas. Precisamente Alamo pretende que su exposición sirva a los visitantes para preguntarse qué es el papel, cuántas clases hay y qué potencialidades ofrece trabajado a mano, pues considera que este material 'se desprestigió' cuando comenzó la producción industrial procedente de la madera del pino. Ella, en cualquier caso, lleva años investigando y explotando esas posibilidades. Y de esa tarea ha salido la instalación compuesta de 336 pequeños cuadros salpicados de otras tantas imágenes que muestra. 'Son todos distintos', destacó la autora, para explicar a continuación que no usa para nada la tinta. 'Tiño la fibra y con ella se puede decir que pinto. Es decir, la fibra teñida, en húmedo, se plasma en la base, que también está húmeda, y cuando se secan se quedan como si fuera un sólo papel con una imagen', detalló. Kikis Alamo insistió en las propiedades expresivas específicas de cada fibra utilizada en sus obras y así apuntó que tanto el lino como el abacá ofrecen una especial transparencia cuando se exponen a la luz, aunque éste último está dotado con un brillo singular. El algodón, por su parte, aporta opacidad.

Tomado de: https://elpais.com/diario/2002/03/13/paisvasco/1016052022_850215.html

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